Algunos médicos solían asumir que no había nada que pudiera hacerse por un paciente con amiloidosis. Esto no es cierto, especialmente ahora que los tratamientos se han vuelto más efectivos. Con el tiempo, a medida que las terapias continúen desarrollándose y refinándose, la amiloidosis será un poco más que una molestia tratable.

Al trabajar con un equipo de médicos, incluso hematólogos, cardiólogos, nefrólogos y neurólogos, entre otros, es importante obtener un diagnóstico preciso y certero de la enfermedad lo antes posible. Los tratamientos disponibles dependen del tipo de amiloidosis y los órganos afectados, además de la afección, la edad y la preferencia personal del paciente. Si no se trata a tiempo, los depósitos de amiloides continuarán dañando los tejidos hasta la insuficiencia orgánica, y posiblemente la muerte.

Tratamiento Amiloidosis AA

La amiloidosis AA (o secundaria) es la segunda forma más común de la enfermedad en el mundo. Con sus enfermedades inflamatorias crónicas asociadas, la formación de depósitos de amiloides es muy gradual. La tasa de supervivencia es a menudo mayor a 10 años, especialmente con tratamiento para la enfermedad renal. En contraste, las infecciones no tratadas como la osteomielitis o la tuberculosis pueden causar una acumulación más rápida de amiloides.

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En todos los casos, la terapia se basa en tratar la afección inflamatoria o infecciosa subyacente. Esto puede reducir o detener la acumulación progresiva de amiloides al reducir la proteína precursora circulante, amiloide sérico A.

Además, se ha descubierto que un fármaco oral llamado eprodisato (Kiacta) inhibe la formación de fibrillas amiloides. Kiacta evita que el amiloide sérico A interactúe con otras moléculas que facilitan el mal plegamiento y la transformación en amiloides. Los ensayos clínicos han demostrado que, dado que los amiloides ya no pueden formarse y depositarse, este tratamiento puede reducir o detener el deterioro de la función renal de forma efectiva. Se prevé que Kiacta sea aprobado para el uso general en los próximos años, luego de la confirmación de su eficacia a través de estudios internacionales.

Para aquellos pacientes con insuficiencia renal, las diálisis y los trasplantes de riñón son tratamientos posibles. Sin embargo, al igual que con los trasplantes de riñón para la amiloidosis AL, si no se trata la fuente de la proteína anormal, los amiloides a la larga aparecerán en el riñón trasplantado.

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